sábado, 23 de enero de 2016

Herencia y Comportamiento



La herencia se relaciona con los rasgos culturales, sociales o económicos que influyen en un momento histórico, tiene su origen en etapas previas.  Además, incluye aspectos morales o ideológicos, entre otros, que caracterizan al individuo y se perciben en sus descendientes.
Esto significa que, la herencia alude al sentido biológico o genético, donde los caracteres hereditarios, físicos y mentales, se transmiten de una generación a otra, rigiéndose por las leyes de la herencia, según Mendel. Dichos caracteres hereditarios están contenidos en el núcleo de las células, quien produce ese efecto de transmisión genética al reproducirse por medio de la mitosis.
El material hereditario se encuentra en el ácido desoxirribonucleico (ADN) formando los cromosomas. Cada especie tiene un número determinado de cromosomas, que vienen en parejas, cuyos nombres son autosómicos y gonosómico o sexual. A lo largo del ADN aparece una sucesión de nucleótidos, los cuales tienen una de cuatro bases nitrogenadas. Cada tres nucleótidos se forma un cordón, que es la unidad del código genético programado para sintetizar un aminoácido determinado. Los elementos que transmiten la herencia son los genes, cada gen es un trozo de ADN con información para la síntesis de un polipéptido o cadena de aminoácidos. De ahí que, la dotación genética de una persona constituye su genotipo, esto es, en cada par de cromosomas, uno por cada progenitor, los genes u homólogos, siempre ocupan el mismo lugar en el ADN, si son genes iguales, el genotipo es llamado homocigótico, si son diferentes, el genotipo es heretocigótico pues hay dos alelos homólogos en el mismo lugar o locus.

Gracias a lo cual, la acción genética de los alelos al combinarse linealmente forma la herencia aditiva, o uno de los alelos puede ser determinante y el otro recesivo. Los genes de distinto locus (lugar) pueden influirse mutuamente, lo que provoca el efecto genético por epitaxia. Los nuevos alelos surgen por mutación y los cromosomas sufren diversas alteraciones que modifican la información genética. Por lo que, las variedades posibles de genotipos son suficientes para diferenciar fenotípicamente a los organismos. La herencia de los distintos rasgos o características psicológicas, como el CI, las habilidades cognitivas específicas, las extraversión o el neurosis, se considera la base de la conducta de la persona; sin embargo, la herencia de una determinada características sólo es un parámetro estadístico que proporciona información sobre la relación entre la varianza genética y la varianza fenotípica de una determinada población, indica las diferencias genéticas existentes que hay entre los individuos pueden ser responsables de las diferencias que presentan en una característica o rasgo conductual. Dado lo cual, no se puede aplicar a un individuo o sujeto aislado porque no explica los determinantes de sus características concretamente.

Por ejemplo, en aquellos padres inteligentes que transmiten a sus hijos la carga genética que favorece el desarrollo de un buen nivel cognitivo, proporcionándoles, asimismo, por su alto nivel intelectual, las experiencias favorables para el desarrollo de sus propias herramientas cognitivas, por lo que los niños tienen todas las posibilidades de recibir tanto genes como ambiente favorables para su desarrollo intelectual que otros niños no pueden recibir.

Sin embargo, aquellos individuos que no son únicamente receptores de experiencias, pueden contribuir a su propio ambiente al buscar de manera activa, uno que sí se ajuste a sus características genotípicas motivacionales, intelectuales o de personalidad, esto es, los niños listos buscan compañeros o experiencias estimulantes que les ayuden a su propio desarrollo cognitivo, lo que, a su vez, depende del momento evolutivo donde se encuentren.






 


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